Atención a Niños y Niñas en Mataró
La infancia es un momento clave de estructuración de la subjetividad. Durante el crecimiento y desarrollo, el niño puede manifestar ciertas conductas o cambios que intentan comunicar dificultades que está viviendo.
Hay momentos en los que puede ser necesario consultar con un profesional que pueda intervenir con el niño/a y su familia, para ayudarlo y acompañarlo para que pueda desarrollarse en las diferentes esferas de la vida de un modo sano.
Problemas del sueño
(pesadillas, terrores nocturnos, dificultades para dormir solo, etc)
Dificultades en el aprendizaje escolar
Trastornos de la alimentación
Problemas en las relaciones con los otros
Problemas en la adquisición del lenguaje
(mutismo, tartamudeo, dislexia)
Enuresis y enconpresis (incontinencia)
Tristeza
Miedos y fobias
Durante el crecimiento y desarrollo, el niño puede manifestar ciertas conductas o cambios que intentan comunicar dificultades que está viviendo.
Es sobre todo a través del juego y del dibujo que el niño es capaz de elaborar sus miedos y angustias durante el tratamiento psicoterapéutico con un profesional.
TDAH: Hiperactividad y problemas de atención
Asistimos a una época donde cada vez más niños son diagnosticados con “Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad” (TDAH). Este diagnóstico no aparece solo en las consultas de psiquiatría y psicología, sino también en las escuelas, equipos de asesoramiento y orientación psicopedagógica (EAP), maestros, pediatras, etc.
En la infancia nos encontramos con un psiquismo que se está estructurando, y esto no se produce en aislamiento, sino en interacción con Otros significativos, sus deseos y en particular, de la familia. El desarrollo se realiza a partir de los vínculos con otras personas, en un contexto social determinado y tiene como característica el cambio.
Lo primero será entonces valorar qué determina la falta de atención, la hiperkinesia o la impulsividad, poniéndolo en contexto con los entramados familiares, escolares y sociales.
Es crucial determinar qué conflictos, miedos o angustias se ponen en juego cuando un niño no atiende o no para de moverse. Es la interrogación la que debe dar comienzo a un tratamiento posible.
El psicoanalista ofrece un sostén, un lugar de confianza y tranquilidad, donde poder desplegar ese empuje pulsional (lo que seguramente ha sido catalogado como hiperactividad), canalizándolo de otras maneras: armando historias; desplegando y, en algunos casos, acotando la fantasía; pasando a la palabra los actos; dibujando; jugando; etc.
Se trata de convertir un mero accionar desenfrenado en un juego compartido, construyendo un marco estable de trabajo, una secuencia (inicio, desarrollo de la sesión y final) y unos ritmos, que ayuden a otorgar significación a determinados objetos del mundo y a pasar la excitación por el manto simbólico. Poner palabras a los miedos o preocupaciones permite un alivio sintomático. También es importante que el paciente pueda situarse dentro de su genealogía familiar para ir construyendo su propia historia.
Problemas de conducta y agresividad
Los problemas en el comportamiento incluyen las conductas negativistas, las conductas desafiantes y las conductas disociales. El núcleo común de estos trastornos es la falta de respeto, más allá de lo esperable y admisible para el grado de desarrollo del niño. Son niños y adolescentes generalmente descritos como agresivos.
Las conductas negativistas, que a veces escuchamos bajo el nombre de trastorno negativista desafiante (TND) se caracteriza por enfados frecuentes y descontrolados, así como para hacer frente a las figuras de autoridad y a sus órdenes, junto con una actitud victimista y susceptible.
A veces también encontramos otro tipo de conductas que se incluyen en el llamado trastorno disocial (TD), que incluye conductas agresivas hacia personas o animales, robos, fraudes o destrucción de objetos, y fugas del hogar y/o de la escuela. Es muy frecuente la superposición entre ambos diagnósticos y la presentación clínica deriva en gran medida del periodo de desarrollo en que se encuentra el niño.
Todos éstos síntomas y conductas suelen afectar gravemente al niño en sus vínculos con los otros, en los aprendizajes, etc.
En mi consulta, en Mataró, enfoco estas presentaciones sintomáticas, desde una aproximación psicoanalítica, escuchando a los padres y al niño/a, para entender qué está ocurriendo en cada caso particular, ya que los síntomas arriba mencionados no siempre responden a las mismas causas. Por tanto, será importante trabajar con los padres en relación con la dinámica familiar para ver qué intervenciones y cambios pueden ayudar a su hijo/a a estar más tranquilo. Por otra parte, se deberá trabajar con el niño/a y valorar qué causa esas conductas y enfados.
El resto de recuadros que no tienen contenido, por ahora los dejamos así. Que se vean, pero no tendrán explicación o contenido.
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